La cura de la obsesión espiritual
:: Osvaldo Shimoda ::
Traducción de Teresa - teresa_0001@hotmail.com
La cura de la obsesión es una auto-cura. Nadie podrá librarte de la obsesión si tú no quieres librarte de ella.
-Herculano Pires
La obsesión se caracteriza por la acción de espíritus desencarnados
inferiores en la vida de muchas personas. Es inimaginable la acción
deletérea, nociva que esos espíritus no esclarecidos de las tinieblas
ejercen en la vida de los encarnados, pues se aprovechan de su
invisibilidad (la mayoría de las personas no los ve, a excepción de los
médiums clarividentes) para perjudicar a su víctima. En artículos
anteriores, he explicado que el 95% de los pacientes que vienen a mi
consultorio están obsedidos, es decir, la causa de sus problemas
proviene de un factor externo, interferencia de un espíritu obsesor.
Solamente un 5% no sufre ninguna influencia espiritual y la causa de sus
problemas proviene de un factor interno: psicológico, emocional, de
experiencias traumáticas de esta vida (infancia, nacimiento, útero
materno) o de un pasado más lejano (vidas pasadas).
A pesar de que ese porcentaje elevado de pacientes presenta una
interferencia espiritual como causa de sus problemas, la obsesión
espiritual como enfermedad del alma todavía no es tenida en cuenta por
la ciencia médica y psicológica. En vista de esto, muchos pacientes con
perturbaciones mentales, o incluso enfermedades orgánicas, cuya causa no
es encontrada por la medicina oficial, pueden estar sufriendo una
obsesión espirítica, y por tanto estar siendo asediados por Espíritus
inferiores.
Así, síntomas clínicos tales como visiones, escalofríos (acompañados o
no de fiebres) tristezas y angustias sin motivo aparente, pueden tener
como causa interferencias de un espíritu obsesor.
Muchos trastornos psíquicos, rotulados por la psicología y la
psiquiatría como TOC (trastorno obsesivo compulsivo – las denominadas
manías), trastorno afectivo bipolar que se caracteriza por la
inestabilidad de humor (oscilación de humor que varía de la depresión a
la euforia o viceversa), síndrome de pánico (taquicardia, sudoración
excesiva, asfixia, mareos, sensación de muerte), depresión,
esquizofrenia (visiones, razonamiento distorsionado, confusión mental,
catatonia), personalidades múltiples, en realidad tales dolencias son
efectos de la obsesión espirítica.
No obstante hay que hacer una distinción entre un disturbio espiritual
(o mediúmnico) y un disturbio psiquiátrico propiamente dicho. En este
último caso es obvio que la terapia medicamentosa (antidepresivos y
ansiolíticos) es imprescindible en el tratamiento.
Pero si el problema del paciente tiene un origen espiritual, los
medicamentos no surtirán efecto, serán inocuos. Esto explica por qué
muchos pacientes con problemas psicológicos se arrastran durante años y
años sin curarse. Si, por una parte, la obsesión espiritual como
enfermedad del alma no es tenida en consideración por la ciencia
materialista – que tiene una visión puramente organicista, biológica del
ser humano, no mirándolo como un ser espiritual - por otra, la Iglesia,
desde hace siglos, siempre ha considerado (y aún considera) el fenómeno
de la obsesión espiritual como obra del demonio y no de espíritus,
contribuyendo así a mixtificar o incluso a atemorizar a los menos
esclarecidos. ¿Cuántos en el pasado no han sido quemados injustamente en
la hoguera por el tribunal de la inquisición de la Iglesia Católica por
actos de brujería y posesión demoníaca?
En realidad, muchas de esas personas eran médiums, individuos sensibles
que poseían clariaudiencia, clarividencia, premoniciones y, debido a esa
sensibilidad más afinada sufrían, tanto influencias positivas
(espíritus de luz), como negativas (espíritus de las tinieblas). De este
modo, hasta los días actuales, la práctica del exorcismo, creada por la
Iglesia para expulsar a los demonios, está en vigor. Hace tiempo, la
película El Exorcista ha sido éxito de taquilla por explorar lo
sobrenatural. No obstante, en nada esclareció acerca del mundo
espiritual. Por el contrario, sólo ha venido a reforzar el temor de ese
asunto en el imaginario popular. Quiero aclarar, en bien de la verdad,
que obsesores no son demonios, hasta porque los demonios no existen. Lo
que existe son seres humanos como nosotros – desencarnados – dotados de
razón y sentimientos, que sufren y necesitan ayuda tanto como el
obsedido (el ser humano encarnado).
En cierta ocasión un paciente acudió a mi consultorio porque escuchaba
un zumbido continuo. Había llevado a cabo todos los exámenes médicos
necesarios (test audiométrico, resonancia magnética), había pasado por
varios especialistas, pero no se le encontraba ninguna anormalidad.
Al hacer regresión, su esposa, que asistía a la sesión (era médium de
incorporación), incorporó a varios (en un total de seis) espíritus
obsesores – desafectos de su marido en vidas pasadas.
Todos, juntos, se habían unido para perjudicarlo. Uno de ellos me dijo:
Doctor, usted no conoce, no sabe quién es el hombre que está tendido en
ese diván. Si lo conociese mejor, ya no lo ayudaría. Él me ha quitado la
vida, la esposa y el dinero en una vida pasada. ¡Por eso lo odio!
(gritó llorando). ¡Nunca voy a dejarlo en paz!.
Le pregunté si era él quien estaba produciendo aquel zumbido en el oído del paciente.
-¿Qué le parece a usted? – Respondió carcajeándose.
Posteriormente el mentor espiritual (ser de luz directamente responsable
por la evolución espiritual del paciente) le aclaró que ese espíritu
obsesor era quien estaba perjudicándolo, habiendo introducido en su
cuerpo espiritual (periespíritu) un objeto, un artefacto fluídico,
inmaterial por tanto, no visible a los ojos de los encarnados, que
ningún aparato terreno es capaz de detectar. Era ese artefacto lo que
estaba provocando en el paciente ese zumbido continuo.
En el libro La luz del consolador, la autora Yvonne Pereira dice: Los
obsesores son, sí, grandes sufridores. Han padecido, cuando encarnados,
injurias, humillaciones. Muchos han sido víctimas de crímenes, pero son
también proclives a respetarnos y estimarnos si sabemos comprenderlos y
conquistarlos por medio del amor.
Por tanto, es una gran equivocación, en la práctica del exorcismo y sus
rituales, amenazar a esas entidades espirituales, rotuladas como
demonios, al tratar de expulsarlas de la vida del obsedido. En realidad,
la causa de la obsesión está en equivocaciones cometidas por el
paciente con relación a su obsesor en una vida pasada. De esta forma, la
cura de la obsesión solamente es posible a través del perdón, de la
reconciliación entre obsesor y obsedido. Es fundamental también la
oración por parte del paciente (obsedido) para que pueda tener lugar la
ruptura de los lazos del pasado que los unen. Léase el caso de una
paciente que acudió a mi consultorio debido a que su vida estaba
atorada, truncada – siempre sucedía algo para frustrar sus proyectos de
vida.
Caso Clínico:
Vida Bloqueada
Mujer de 30 años, divorciada.
Acudió a mi consultorio deseando entender por qué su vida estaba
atorada, truncada. Se sentía bastante frustrada e infeliz porque sus
proyectos de vida no se concretizaban; siempre ocurría algo para que no
saliesen bien. Por tanto, sentía que algo estaba estorbando, bloqueando
su vida, principalmente en su aspecto financiero. A pesar de ganar bien,
no entendía por qué solía tener perjuicios (había perdido tres
inmuebles para saldar deudas). En el aspecto afectivo, se había separado
de su marido y se envolvió posteriormente con otro hombre; tras
constantes agresiones físicas entre ambas partes, acabó por separarse de
él también.
Sufrió un accidente grave al conducir su coche. Un camión le cerró el
paso y acabó por colisionar contra un poste, estando a punto de perder
la visión. Ha sufrido también varias caídas – sin motivo aparente -,
hiriéndose siempre en la cabeza.
Tras la relajación, la paciente me ha dicho:
“Siento algo entrando por la palma de mis manos y por la planta de mis
pies. Es como si un fluido, un algo gaseoso, entrase por las
extremidades de mi cuerpo (en realidad ese ‘algo gaseoso, fluidico’ a
que la paciente se refería eran entidades espirituales obsesoras que
querían incorporarse en ella).
No veo nada, pero siento que son criaturas irritadas que no van a
permitirme ver nada en la regresión de hoy (es frecuente en las sesiones
de regresión, que entidades obsesoras de las tinieblas – para vengarse
del paciente que en una vida pasada los ha perjudicado -, saboteen el
tratamiento, no dejando concentrarse al paciente para hacer la
regresión).
Ellos están diciéndome que este tratamiento no va a salir bien, que no
voy a conseguir hacer regresión. Dicen que debo levantarme del diván y
marchar…”
-Pregúntales qué es lo que quieren de ti – pido a la paciente.
“Me ha venido a la mente la frase: ‘¡Vamos a acabar contigo!’ (es común
que el paciente se comunique por el pensamiento con entidades de luz; o
de las tinieblas – los obsesores).
-Pregunta a esas entidades espirituales qué les has hecho tú en el pasado – pido a la paciente.
“Dicen que yo en una vida pasada los he perjudicado robando sus tierras y
casas; hubo incluso muertes. Por ello quieren vengarse de mí. En
realidad, dicen que yo tenía una ambición desmedida, y que he quitado la
tierra a mucha gente, no sólo a ellos.
Dicen que no van a perdonarme porque todos se han quedado sin lugar para vivir y acabaron muriendo en la miseria.”
-¿Cuántos son ellos? – Pregunto nuevamente a la paciente.
“Son varias familias: hombres, mujeres y críos. Están todos reunidos,
con mucho odio hacia mí. Dicen que nunca conseguiré nada en mi vida, y
tampoco este tratamiento (Terapia Regresiva Evolutiva) va a salir bien
(pausa).
Les aclaro que no recuerdo haberles perjudicado en el pasado (al
reencarnar el ser humano olvida temporalmente sus vidas pasadas, pues
nuestro planeta está constituido por un campo vibracional de fuerte
magnetismo que nos impide recordar las vidas pasadas)”.
-Pregúntales desde hace cuanto tiempo se encuentran en las tinieblas, en la oscuridad.
“Desde hace mucho tiempo. Dicen que ya han intentado quitarme la vida
varias veces en la existencia actual (esto explica por qué la paciente
ha sufrido aquel accidente de coche y varias caídas). Creo que yo era un
hombre en esa vida pasada… (aunque la mente racional del ego del
paciente no recuerde, su alma, su espíritu, sabe, tiene recuerdos de su
pasado intuitivamente). Parece ser que yo andaba a caballo, era un
hombre ruin, fuerte, poseía muchas tierras y siempre quería más. Es una
época bastante antigua, antes del período medieval (pausa). Pido
disculpas, pido que me perdonen por el daño que les he causado. ¡Por
favor, perdonadme! (la paciente llora copiosamente).”
-Pídeles que se fijen en tu cuerpo tendido aquí en el diván y
pregúntales si tú eres el mismo hombre que les ha perjudicado en aquella
vida pasada (pausa).
“Dr. Osvaldo, ellos me han mirado y están desconcertados, pues no se
habían dado cuenta en todo ese tiempo de que ya no soy aquel hombre,
sino una mujer.”
-Diles que están perdiendo el tiempo y que el camino natural del ser
humano es evolucionar y no permanecer estacionado. Pregúntales si
quieren recibir ayuda para salir de ese lugar oscuro, frío, triste, y
conocer un lugar de luz (plano espiritual de luz) donde serán cuidados,
amparados y esclarecidos en relación a sus vidas. Si aceptan, los
espíritus de luz irán a sacarlos de ese lugar (pausa).
“Veo ahora que alrededor de ellos todo se pone claro… Son los espíritus de luz. Han aceptado la ayuda, están marchándose.”
-Mira hacia donde se dirigen – pido a la paciente.
“Están todos juntos, enfilados, alejándose, amparados por los espíritus
de luz, suben en dirección a una luz mayor. Los últimos están pasando,
mirando todavía para mi cuerpo, atónitos (pausa). Todos se han
marchado.
Veo ahora un ojo azul femenino…
Es mi mentora espiritual. Transmite mucho amor, paz, serenidad.
Siento que estoy en un lugar bien iluminado. Es un lugar que pertenece a
los seres iluminados. Aunque no los vea, ni a mí misma (la paciente se
encuentra en ese lugar en espíritu), siento su presencia. Viene una
sensación muy agradable, un bienestar. Dan ganas de bailar, siento una
alegría muy grande. Ese lugar emana una vibración, una energía
maravillosa, que nunca había sentido en la vida actual.”
-Percibe lo que tu mentora tiene para decirte…
“Me dice que siga adelante, que estoy en el buen camino. Siento una
emoción indescriptible, pues sé que no estoy sola y nunca lo estuve, ¡es
muy bueno! (la paciente llora emocionada).”
-¿Te gustaría hacer alguna pregunta a tu mentora)
“Sólo quisiera agradecer a todos esos seres de luz por este momento tan
sublime, pues me han mostrado que nunca he estado sola, desamparada.”
-Pregunta entonces a tu mentora si ella tendría algo que decirte en relación a que tu vida se encuentre bloqueada.
“Ella me dice que, por el hecho de que todas aquellas entidades
espirituales se hayan liberado de las tinieblas, de ahora en adelante la
vida me irá bien. Pero me pide que no me aleje de ellos, de su
protección. Dice que no puedo ver la vida solamente por el lado
material, y que debo también cuidar del lado espiritual, no descuidarme
de ese lado (pausa). Todo está muy tranquilo, en paz…
En este lugar en que me encuentro siento que son muchos los seres de luz, están todos vibrando, emanando energía hacia mí.
Mi mentora está finalizando, me pide que vuelva tranquila para casa.”
(La paciente – de Porto Alegre; Rio Grande del Sur – estaba hospedada en
un hotel en São Paulo. Desde hacía un mes estaba en tratamiento,
pasando conmigo por la Terapia Regresiva Evolutiva en mi consultorio).
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